En el día de la fecha, los empleados de este blog saludan a su autor y aprovechan para pedirle una considerable aumento de sueldo, de lo contrario seguiremos en huelga de lápices caídos.
Así es que empieza la Ilíada, invocando la protección de las musas. No es que me quiera dar el dique mentando a Homero, pero si es que acaso existen tales divinidades voy a quedar como un duque. Y nunca viene mal un acomodo celestial.